lunes, 11 de mayo de 2015

LUNES 11 DE MAYO DE 2015

El viernes tuve un accidente de carro. El segundo en mi vida. Me golpeé en la cabeza, y me lastimé el pómulo izquierdo, pero sobre todo me dio mucho miedo.

Fue algo muy extraño, porque justo en la tarde antes del accidente iba camino por unos boletos que me habían regalado para un festival, e iba pensando en lo afortunada y bendecida que he sido este año. Mi hermana se casó, está embarazada, conocí a mis sobrinas y pude abrazar nuevamente a mi hermano, me fui a Nueva York y cumplí mi sueño de andar en bici en Central Park y Tadeo, Tadeo siempre bello… iba sonriendo de oreja a oreja incluso a pesar de haberte tenido que olvidar, de olvidar como tocabas el piano con el halo de luz que ceñía tu cabeza. Iba muy feliz. Y en la noche, tras salir de la cena de mi hermana choqué con mi ángel.

Cuando sucedió, sentí como una presencia que me acompañaba en ese momento, como si alguien me cuidara, como si alguien me dijera que todo iba a estar bien. El fin de semana fue muy emotivo, todo el tiempo tuve ganas de llorar, de felicidad, de extrañeza, de melancolía, de nostalgia, de amor.

No sé que me pasa.

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