domingo, 17 de enero de 2016

VISTA AL PASADO

Ayer en la noche salí con mi mejor amigo Juanpayo. Me encanta salir con él, porque es como un amigo gay (que no es gay para nada) pero me conoce desde hace ya 12 años, y nos conocemos muy bien. Podemos platicar de lo que nos duele, de las personas que amamos, de lo que queremos hacer, de espiritualidad, en fin. Un verdadero amigo. A veces me agarra la mano, y otras me pide que lo abrace muy fuerte, también hemos llorado tímidamente juntos. Esa es la amistad.

Mi buen amigo Juanpayo y yo.
Pero bueno, el chiste es que fuimos a varios lugares, a ver unos amigos de él y terminamos cenando en la Cantina Riviera. Hace mucho no iba, y bueno… ahora es todo un hotspot pa la banda de mi generación que se mueve por el circuito del arte, me encontré a un par de amigos buena onda y después nos invitaron a un cumpleaños en otra cantina, Covadonga. Ahí viene la parte interesante. Juanpablo me iba tomando la mano y en la entrada yo ya la quería soltar, porque luego piensan que somos pareja jajaja y hasta le han dicho que si él no es el papá de Tadeo (porque desde que mi hijo era pequeñito a veces nos íbamos juntos a las expos y mi amigo lo cargaba en sus hombros, y güeritos, en fin…) y justo cuando me estaba soltando se me acercó Chema.

Chema, fue uno de los novios que más se quedó en mi memoria. Lo conocí cuando yo hacía mis pinitos como PR con mi amigo Leonardo, en el Casino Metropolitano. Lo primero que pensé cuando lo conocí fue -¿Quién es ese amigo tan guapo, que jamás había visto?-. El actuaba con mucha naturalidad, siempre con un cigarro en la boca, pero cuando me vio nuestras miradas se encendieron y era bastante difícil ocultarlo. Empezamos a salir, y yo ya estaba terminando con Juan Caníbal (al que también adoraba) y Chema y yo nos entendíamos perfectamente, como si nos adivináramos el pensamiento todo el tiempo. Incluso solíamos decirnos -¿acaso eres capricornio?- compartíamos cumpleaños y en muchas cosas, éramos muy parecidos. Sobre todo en la parte de nuestra forma de enamorarnos. Muy profundos, muy entregados. Lo que más me gustó fue el día en que me llego. Tenía una cara muy preocupada, y bajaba sus hermosos ojos y sus abundantes pestañas rubias nerviosamente. Me apretó contra su pecho y me dijo: -Valeria, yo no he tenido sólo dos novias y para mí ser novio de alguien significa un verdadero compromiso. Quiero pedirte que seas mi novia-.

Chema y Leonardo en Galería Yautepec, cuando sólo empezábamos a salir.

Esta foto se la tomé siendo novios mientras posaba para un fotógrafo que estaba de visita en Galería Yautepec.

La verdad es que yo era súper inmadura. Y aunque mi noviazgo era bastante idílico, el día que Cano regresó de España y fue a buscarme, terminé embarazándome. Esa es otra historia. Pero tuve que terminar de manera intempestuosa y fatídica mi relación con Chema. Creo que nunca me lo perdonó, aunque el me escribiera años más tarde que sí. O más bien yo nunca me lo perdoné. Antes de terminar, lloramos y me escribió una de las cartas más hermosas que alguien haya escrito por mí. Y cuando me separé de Cano estando embarazada lo único que hacía era llorar por Chema. Le lloré al menos dos años hasta que le escribí para pedirle perdón, pero lo único que hizo fue mandarme una canción que decía todo el tiempo "Imagina otra vida".

Así que, ayer que nos vimos, después de 4 años de sólo verle una vez en todo esta etapa de mi vida me sentí muy feliz. Me sonrío sinceramente por primera vez, platicamos brevemente pero fue espontáneo, divertido, como cuando nos conocimos.


Una de las pocas con Chemita.

La navidad antes de terminar con Chema, Cuilty y Angelitos Negros.



No hay comentarios:

Publicar un comentario