jueves, 14 de enero de 2016

Llevo tres noches soñando riquísimo. Me estoy preparando para unas fotos que me pidió tomarme el director de una galería, y la verdad, me encanta la idea. Sobre todo cuando se trata de proyectos de arte.  También estoy escribiendo mucha ficción, y reorganizando mis metas sobre todo desde que hace dos días me dijeron que ya acredité mi prerrequisito de inglés. Lo cual signica, que al fin podré tener mi título.

Ayer fuimos a comer con mi padrino y no pudo haber sido mejor. Comimos riquísimo y nos reímos mucho. 

He estado pensando también en mi hijito mucho. Resulta que como su padre se enteró de que ya no tengo novio ahora viene varias veces a verme, me manda mensajitos amorosos y me dice cosas tiernas. Una vez leí una nota en el diario que hablaba sobre lo que las mujeres quieren por décadas. A los 30 parece ser cuando se ponen más exigentes (guapos, inteligentes, con dinero, ambiciosos, fuertes) y después de los 40 las exigencias se resumen a muy pocas cosas. A mi siempre me han interesado las mismas, y la verdad son muy pocas. Quizás no paso de dos palabras. Pero a todo esto, la verdad es que Cano siempre ha estado ahí, a la sombra, como un niño esperando su turno de jugar. (*sí, sigo creyendo jejejeje nunca podré dejar de hacerlo)








No hay comentarios:

Publicar un comentario