miércoles, 11 de junio de 2014

COINCIDENCIAS EXTRAÑAS

Últimamente he pensado mucho en mi infancia. Sí, se llama nostalgia. Pero es que he vivido tantas vidas, me he enamorado tantas veces, he perdido a tantas personas y he encontrado otras más, me he encontrado y me he perdido montones de veces más. But that´s life.

Lo que si me ha quedado claro es que cuando algo me llama la atención, se fija en mi mente para siempre y tiene repercusiones importantes. Como cuando tenía 11 años, y mientras degustaba una asquerosa torta de la tiendita, me llamó la atención una niña mayor que yo, con el cabello negro, la cara muy blanca y unos labios rojos carnesí que se abrían ampliamente para dejar soltar unas carcajadas inmensas y contagiosas. She was Karla.

Ella nunca tuvo idea de esa primera impresión, pero 5 años después la volví a ver en mi primer año de preparatoria. ¿Qué hacía en mi salón si era más grande? Bueno, pues ella estaba ahí con su gran sonrisa y su larga cabellera ondulada. Teníamos que ser amigas.

Rápidamente fui reclutando a todas las amigas del salón, siempre me había gustado tener un séquito de amigas y así fue como hicimos un grupo de muchas adolescentes. Mi hermana se convirtió en la líder, y como toda líder a veces se le iba el avión muy denso y el grupo parecía más una especie de secta jejejeje, pero la pásabamos bien. Que digo bien... increíble! Y tuvimos días de mucha diversión, de hacer pipí en la vía pública para que nos persiguieran las patrullas, mucha copiadera en los exámenes, muchos pretextos para irnos de pinta, mucho baile árabe y muchos calzones blancos al saltar la barda, muchas llamadas del prefecto (así se dice?) y mucho maquillaje... muchísimo.

Y volviendo a Karla, ahí estábamos en vísperas de nuestra graduación, ella planeaba que todas tuviéramos una pulserita ese día. Era fan de Selena, y cada que podía cantaba y nos hacía show. Nunca la vi de mal humor y siempre, siempre tenía esa sonrisa radiante que regalar, también me hacía burla con mi hermana y todas cantándome "Mi primer brassiere" un jingle que nos inventamos para elogiar nuestra transición de niñas a mujeres.

Pero un día, su existencia se apagó. Fue uno de los momentos más inexplicables y confusos. Ella iba con su novio saliendo de un retiro, la trataron de asaltar y la mataron. Es así de feo y triste. Nunca supe bien como fue la dinámica, pero lo cierto es que me causó gran conmoción. Y nunca pude despedirme en vida de ella, ni decirle que ya la había visto mucho antes y todas esas cosas bonitas que la vida nos regala para compartir y hacer verbal con los que amamos. Entonces después de 2 semanas de su entierro la soñé.

En mi sueño todos estábamos en clase, y de pronto me daba cuenta de que Karla estaba debajo de su pizarra. Yo le preguntaba que hacía ahí y ella, con su hermosa sonrisa me contestó -siempre estuve aquí-. Yo le explicaba que en realidad estaba muerta pero que estaba feliz de tenerla en mi sueño que de hecho podríamos aprovechar mi sueño para hacer lo que quisiéramos, así fue como fuimos y organizamos una fiesta, nos besuqueamos a algunos compañeritos, nos fuimos nuevamente de pinta y enseñamos calzones rojos, nos pintamos la boca y nos subíamos a un árbol donde finalmente nos despedimos.

Gracias a esa experiencia me quedó el trillado y famosísimo "Vive como si fuera el último día". A veces, hasta se me pasa eso de vivir al máximo pero como le dice mi mamá a sus hermanas "hazlo en vida hermana" y en este mes que sería el cumpleaños de Karlita, espero que sepa que estaré pensando en ella.
Friendship is a funny thing!





1 comentario: