martes, 29 de diciembre de 2015

9:17 / 9:47 AM

He pasado dos noches sin poder dormir. Todo el tiempo mi cabeza me da vueltas, pienso en lo que tengo que hacer, en lo triste que me siento y siento un nudo en mi estómago que nunca antes había sentido.

Estaba realmente exahusta. Eran las 6:59 y seguía sin poder conciliar el sueño cuando de pronto empiezo a tener una especia de visión en la que voy cruzando las calles con mi hijo y de pronto, me doy cuenta que mi papá va sosteniendo nuestras manos. Sus manos pequeñas, un poco ásperas y llenitas. Alzo mi mirada y lo veo. Tan guapo, tan protector, tan amoroso como siempre. Y le digo: -pero papi, tú ya no estás aquí-. y el me mira y me dice que sí. Y le empiezan a salir lágrimas en los ojos y me da a entender que siempre está aquí. Cuidando de nosotros.

Me alegro y seguimos caminando a casa. Esos pocos minutos que lo siento tan real a mi lado, me reconfortan infinitamente. Nos ayuda a llegar a la esquina de mi casa y se regresa para ayudar a otros a pasar.

Después me despierto y me siento mejor, checo mi celular y son las 9:17. Su 7. El número de la suerte de papá. Me vuelvo a recostar y pienso en este momento, vuelvo a creer en el más allá y me doy cuenta que el quiere que esté bien, que se siente impotente de no poder estar aquí físicamente pero que está conmigo. Vuelvo a checar mi cel y son las 9:47.

domingo, 27 de diciembre de 2015

LA HISTORIA SIN FIN O LA MALDICION

Mi historia de amor se terminó. Estoy tan triste que ya no me dan ganas de conocer a nadie más, ni enamorarme de nuevo. Mi hermano, le llama la "historia sin fin" para mi es una maldición. 

Como me voy a olvidar de ti. Como voy a olvidar que podía ver películas de miedo y tu me protegías de todas ellas. Como me voy a olvidar de todas las veces que te escuchaba roncar en mi hombro. Me sentía aliviada de haber encontrado a alguien que me amaba tanto como yo a él. Que jugaba con mi hijo y celebraba mi forma de cocinar, y de querer. En el algún momento llegué a pensar que tenerte era el regalo de mi papá desde el cielo, porque ya no tenía al hombre que me había querido más en la vida. 

Y ya se terminó. 

Escribo este post, para no olvidarme de lo mucho que me dolió. Para no repetirlo de nuevo. Porque ya no quiero más maldiciones ni historias sin fin. 

Ya no quiero volver a sentir este dolor.

Mi amigo Marquitos me dijo: -¿En serio todavía crees en el amor?-. 

No, ya no quiero querer ni creer. 




miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL PRINCIPIO DEL FIN

Se acerca el final de este intensísimo año. Fue sin lugar a dudas, el año más difícil de mi vida. Aún no me puedo recuperar de la muerte de mi padre, casi todos los días lo pienso y entre más pasa el tiempo y creo que se me pasará más siento su ausencia. No, no hay dolor más fuerte que haya sentido jamás. Perder a mi padre fue como perderme a mi también. Creo que uno nunca puede estar preparado para la muerte, y mucho menos para la muerte de uno de tus padres. Jamás. Ni aunque tengas 100 años.

A veces me pongo a comer compulsivamente, y otras veces como ahora, me acuesto en mi cama y cierro mis ojos tratando de repasar todos los buenos momentos que pasé con él. Tal vez muchos crean que no me duele tanto, en mis redes sociales sólo pongo los momentos efímeros de felicidad que tengo con mi hijo o mi novio (que por cierto es el chico del que me enamoré al iniciar el año y que ha resultado ser un increíble novio y amigo), pero la verdad es que este dolor es muy fuerte y trato de guardármelo sólo para mi.

Mi hermana tuvo una hermosa bebé y su carita me recuerda a mi papá. Es tan tranquila y buena, y Mayra ha resultado ser una madre ejemplar y muy fuerte. Yo no sé si hubiera podido soportarlo.

Y si, la vida cambia y sé que aunque esto parece haber sido algo terrible e injusto para mi es probablemente justo lo que me hará ser mejor persona y despertar… Siempre estaré pensando en tí papá, y le agradezco a la vida haberte tenido como padre, leer en los mensajes que me dejabas a veces, que seremos tus "amados hijos".

Pongo esta foto porque ahora que lo pienso,  no me encantaba este traje pero tu portaste con orgullo el traje blanco que habías usado en mi boda y que usaste este año en la boda de mi hermana. Se que nos reuniremos papá, algún día estaré de nuevo en tus brazos.